PINK TOMATE
Soy Pink Tomate, el gato de
Amarilla. A veces no sé si soy tomate o gato. En todo caso a veces me parece
que soy un gato que le gustan los tomates o más bien un tomate con cara de
gato. O algo así. Me gusta el olor del vodka con las flores. Me gusta ese olor
en las mañanas cuando Amarilla llega de una fiesta llena de olores y humos y me
dice hola Pink y yo me digo, mierda esta Amarilla es cosas seria, nunca duerme,
nunca come, nunca descansa, qué vaina, qué cosa tan seria. Claro que a veces me
desespera cuando llega con la noche entre sus manos, con la desesperación en su
boca y entonces se sienta en el sofá, me riega un poco de ceniza de cigarrillo
en el pelo, qué cosa tan seria, y empieza a cantar alguna canción triste, algo
así como I want a trip trip trip como para poder resistir la mañana o para
terminar de joderla trip trip trip.
Mierda, los días con Amarilla son algo serio.
Voy a intentar hacer un horario de esos días llenos de sol, esos días un poco
rotos, raros, llenos de humo, un poco llenos de café negro. Voy a hablar en
presente porque para nosotros los gatos no existe el pasado. O bueno sí existe,
lo que pasa es que lo ignoramos. En cuanto al futuro nos parece que es pura y
física mierda. Sólo existe el presente y punto. El presente es ya, es un techo,
una calle, una lata de cerveza vacía, es la lluvia que cae en la noche, es un
avión que pasa y hace vibrar las
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flores que Amarilla ha
puesto en el florero, el presente es el cielo azul, es una gata a la que le
digo eres cosa seria y ella me responde sí, soy cosa seria, mierda, el presente es un poco de whisky con flores,
es esa canción con café negro, es ese ritmo con olor a tomates, ocho de la
mañana, techos grises, teticas con pecas, nada que hacer I want a trip trip
trip mierda que cosa tan seria.
6:00 a.m.
Llega Amarilla de una fiesta y me dice oye
Pink cómo vas? Y yo le contesto bien, todo va bien. Salvo mi corazón, todo va
bien. Amarilla tiene el pelo revuelto, me acaricia y yo le doy un arañazo en
una nalga, como para no perder la costumbre. Amarilla se dirige a la cocina y
se prepara un café, mira por la ventana, se acaricia el pelo y me dice que la
vaina está jodida y yo pienso que en verdad todo está jodido. Los árboles están
jodidos, las calles están jodidas, el cielo está jodido. Las palomas están
jodidas. Mierda. Yo también estoy como jodido. Me dan ganas de ahogarme en
salsa de tomate.
7:00 a.m.
Rojo o tal vez azul. No sé. El sofá donde está sentada tiene tal vez
esos dos colores. Amarilla se fuma un cigarrillo. Se lo fuma sin afán. El humo
azul de su cigarrillo me envuelve. Amarilla me lo echa directo a los bigotes.
Amarilla se arregla las uñas y me corta uno de los bigotes. Puta mierda.
Siempre hace lo mismo cuando está deprimida. Luego subimos a la azotea y
Amarilla abre los brazos, respira y me dice que la mañana está perfecta para
suicidarse. Entonces me agarra y me lanza a la otra azotea que queda más abajo
y yo doy vueltas y vueltas y por mis ojos pasan el cielo azul, los edificios,
las nubes, el sol, las ventanas, los ruidos y finalmente caigo parado en la
otra azotea en medio de un poco de ropa extendida y digo, mierda, esta Amarilla
es cosa seria. Subo hasta donde está Amarilla y me acurruncho entre sus piernas
y pienso, mierda qué rico. Me arrepiento de haber pensado en ahogarme en salsa
de tomate. Comemos galletas de chocolate y miramos la ciudad. Amarilla se
sienta y lee el periódico. Me muestra una noticia de un hombre que lo mataron
por una orinada.
8:00 a.m.
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Sube el viejo Job, el vecino de Amarilla, con
un poco de café. Con Job viene Lerner su gato. Lerner es un poco tímido. Yo
saludo a Lerner y le digo oye Lerner qué te pasa? Y entonces Lerner se esconde
detrás de las piernas del viejo Job y me dice, no Pink no me pasa nada, fresco
loco. El viejo Job se sienta al lado de Amarilla y respira hondo. Ya me lo
conozco. Le gusta oler el champú que usa Amarilla. Fresa. A mi también. El
viejo Job le echa un poco de brandy al café y deja la botella destapada. Meto
mi lengua en la botella. Me gusta sentir ese mareo del brandy, ese mareo que
quema por dentro a esta hora cuando todo parece normal, cuando todo el mundo se
dirige al trabajo, cuando todo el mundo piensa cosas correctas. Me gusta ese
mareo a esta hora cuando no es normal que uno esté un poco ebrio, un poco
triste, un poco como vuelto mierda.
9:00 a.m.
Bajamos. Estoy mareado por
el brandy. Ebrio. Estoy envenenado por la mañana, por el cielo. Mentira. Estoy
envenenado por Amarilla en la mañana, por Amarilla en el cielo, por ese olor de
Amarilla que se halla diseminado por todas partes. El día huele a Amarilla.
Miro hacia el cielo y veo en las nubes la forma de sus nalgas, la palma de sus
manos. Veo los árboles y el ruido de las hojas me dicen oye gato marica pon
atención te habla Amarilla. Mierda, qué cosa tan seria trip trip trip.
10:00 a.m.
Amarilla se despide del
viejo Job. El viejo suspira y le mira las nalgas. Lo comprendo. Antes de
despedirse el viejo job le dice que más tarde viene con una torta de naranja y
Amarilla le dice está bien viejo, está bien. Amarilla cierra la puerta y se
abre la camisa. Se fuma un cigarrillo. Abre la ventana. Se coge las tetas,
observa sus pecas iluminadas por los rayos de sol, se mira las manos y
finalmente se queda estática ante su reflejo en la ventana y trip trip trip. Es
evidente: Amarilla a empezado a tejer la red de su día allí frente a la
ventana. Está un poco desesperada trip trip trip. Suena el teléfono. Amarilla
contesta. Se ríe y dice que en realidad no sabe si tiene ganas de una orgía o
de un pan con mermelada trip trip trip.
11:00 a.m.
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El sonido del agua me
aturde. Afuera hace sol. Amarilla se baña. Yo estoy en el sofá. El sol entra
por la ventana. El ruido del agua inunda el día, la mañana, el mundo, los
árboles. En ese momento solamente existe ese ruido. El mundo se reduce al
sonido del agua cayendo sobre el cuerpo de Amarilla, sobre sus tetas, sobre sus
nalgas, sobre su cuello, sobre sus piernas. Eso es el mundo: agua, Amarilla, la
canción que canta trip trip trip, el rayo de sol que cae sobre mi cuerpo. Nada
más. Amarilla sale del baño y me dice que salgamos a decirle adiós al cielo
azul con las manos.
12:00 m.
Amarilla prepara algo para
almorzar. Alguna receta con tomates. Fuma mientras pela los tomates. Dice que
ayer fue a presentar una entrevista para un trabajo en una fábrica. Creo que
una entrevista para un trabajo es algo así:
Nombre: Amarilla.
Estado Civil: soltera.
Religión: ninguna conocida;
alguna vez intentó ser hare krisna pero la cogieron comiendo una hamburguesa
grasienta y la expulsaron. Pero se había leído parte del Libro de los Vedas.
Después intentó ser vegetariana. Tampoco funcionó. Por último se metió a una
liga que defendía las ballenas. Hasta donde sabía su madre la bautizó. También
hizo la primera comunión en la Iglesia de Jesucristo Obrero.
Sexo: Perdió la virginidad
en el asiento trasero de un viejo Ford, en una noche de verano.
Dirección: avenida
Blanchot.
Enfermedades: las de la
niñez y alguna que otra infección pasajera, sin importancia.
Experiencia laboral: mesera
de bar, acomodadora en cine, alguna vez vendió lotería, traductora.
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Estudios: empezó a estudiar
de noche inglés y computación, pero la echaron a mitad de semestre porque un
malparido profesor se lo pidió.
Idiomas: algo de inglés. Se
sabía toda la canción Copacabana de Barry Manilow.
Comemos en silencio.
Amarilla me dice que tiene ganas de hacer una siesta porque siempre que duerme
a esa hora sueña con barquitos de papel en la mitad de un cielo azulito. Pienso
en sus nalguitas rosaditas trip trip trip.
1:00 p.m.
Amarilla está dormida. De
pronto suena el ding dong del timbre. Mierda, debe ser el viejo Job. Otra vez
ding dong. Mierda, qué viejo tan
insistente. Ding dong. El viejo Job se sienta junto a la puerta y empieza a
comerse la torta de naranja. Le da un poco a Lerner, el gato tímido. Salgo por
una ventana y me acerco lentamente. El viejo Job me ofrece un poco de torta,
pero yo la rechazo. Mierda, qué cosa tan seria. Le digo a Lerner, que qué le
pasa, que qué se cree, que mas bien nos vayamos a cazar raticas, como debe ser.
Lerner ser avergüenza y me dice, claro Pink.
2:00 p.m.
Amarilla se despierta. Estoy
junto a ella. Amarilla se dirige al comedor y se sirve un poco de whisky. Suena
el teléfono y Amarilla contesta. Se ríe y dice que en verdad haga lo que se le
dé la puta gana. Entonces me acaricia y me dice que me va a llevar al hipódromo
para que conozca los caballos. La veo y pienso que en verdad haga lo que se le
dé la puta gana conmigo trip trip trip.
3:00 p.m.
Salimos a un parque. La
tarde está un poco triste. Un poco rota. Un poco difusa. El cielo está gris y
hace un poco de frío. Amarilla me dice que tiene ganas de tomarse una
fotografía en un día triste. Amarilla se sienta bajo un árbol y saca su botella
de whisky y yo le lamo la palma lentamente, sin afán. Nuestro árbol es grande e
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inspira confianza. A los
pocos minutos una sirena interrumpe la calma del parque. Mierda. Unos árboles
más allá una mujer se trata de ahorcar. La policía llega a tiempo e impide que
la mujer se ahorque. Claro, la policía siempre se tira todo. Esa mujer ahorcada
hubiera completado lo que le faltaba a ese día para ser mas triste trip trip
trip.
4:00 p.m.
Llega Sven, un individuo que
huele a tigre fatigado. Le da un beso a Amarilla en la boca, en la mitad de los
dientes y mierda, pienso que este par se quieren. Sven dice que el próximo
sábado la va a llevar al hipódromo y va a apostar por Escarabajo, que
Escarabajo lo va a sacar de la quiebra y le promete que se emborracharán con
vodka en una tarde de sol y que irán a la playa y le comprará una pelota de
colores y le dirá que la ama. Pura mierda.
5:00 p.m.
Estamos de nuevo en el
apartamento de Amarilla. Sven le dice a Amarilla que los sábados son los días
del amor y de los caballos y entonces se encierran y hacen el amor. Me dan
ganas de ahogarme en salsa de tomate.
6:00 p.m.
Debajo de la puerta de la
alcoba de Amarilla empieza a salir humo. A los pocos instantes salen Amarilla y
Sven desnudos. Sven se dirige a la cocina y trae un balde con agua y lo echa
sobre la cama que está en llamas. Amarilla le grita a Sven que se vaya que haga
lo que se le dé la puta gana. Sven trata de abrazarla y le dice fresca muñeca
no ha pasado nada. Amarilla se pone a llorar y dice que tiene ganas de vomitar.
Sven le dice tranquila muñeca vomita. Mierda, mucho trip trip trip. Amarilla
coge la ropa de Sven y la lanza por la ventana y después empieza a lanzarle
vasos a Sven. Unp, dos, tres. Cuatro putos vasos. Qué cosa tan seria. Sven sale
con una toalla enrollada y recoge su ropa desde allá abajo le grita a Amarilla
que es una muñeca muy salvaje como a él le gustan trip trip trip.
7:00 p.m.
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Salimos de nuevo a la calle.
Amarilla lleva consigo su ropa y la va regando por el camino. Me siento como en
esos cuentos de hagas donde la princesa perdida va dispersando cosas para
recordar el camino a casa. Entramos a un bar y Amarilla pide una botella de
vodka y le regala una camisa de flores al hombre del bar. Una canción triste
suena en el fondo, Don’t leave me now. Amarilla enciente un cigarrillo, mira
hacia el fondo del bar, se marea con las luces, mira a esos hombres de camisas
de colores que entran con esas miradas que dicen hoy soy todo tuyo mamita y
entonces Amarilla dice un momento muñecos hoy no quiero enredos Don’t leave me
now trip trip trip. Amarilla se echa todo el contenido de la botella por todo
el cuerpo. Después se acerca al hombre que atiende en el bar y le dice que cuando lo ve no sabe si
darle un beso o cortarse las venas. El hombre le dice fresca muñeca todas las
muñecas son iguales y le indica que el baño está al fondo a la derecha y que
cerca del espejo hay una cuchilla. Fresco muñeco le responde Amarilla y
entonces pide un cocktail llamado “lluvia ácida”.
8:00 p.m.
La noche está demente. Las
luces de la ciudad son pequeños ojos rotos, locos, alucinados que nos vigilan.
Me dan ganas de estar en la mitad de una autopista. En la esquina nos
encontramos con Sven. Se abrazan y Amarilla le dice que le haga el amor hasta
el amanecer, ni más faltaba preciosa, que le meta la lengua hasta el estómago,
que le toque el culo una y otra vez porque está haciendo frío, que no deje de
lamerla mientras suena Touch me, que le inyecte susurros entre sus dientes
touch me, que le toque sus manos llenas de pequeñas líneas solitarias touch me,
sus nalguitas rosaditas touch me, sus ojos llenos de pececitos nocturnos, sus
palabras invadidas de cielitos rasgados touch me please hasta el amanecer,
hasta cuando el sol raye el cielo con su luz, ni más faltaba muñeca trip trip
trip.
9:00 p.m.
Muere el viejo Job. El
apartamento está lleno de gente. Mierda. Amarilla entra y le da un beso en la
frente al viejo. Amarilla pregunta por Lerner, el gato tímido de Job, pero
nadie sabe dónde está. Amarilla y Sven van a comprar flores para Job. Al poco
rato regresan. Subimos a la azotea. La noche. La lluvia. El calor. Amarilla
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esparce las flores sobre la
noche oscura. Las flores caen y se infiltran en el olor de la oscuridad.
Lentamente. Flores blancas sobre la espuma de la noche. La noche. Las flores
caen en la calle. Una. Dos. Tres. Cien flores en la calle, en la humedad del
reflejo del resplandor apagado del día. Flores en el núcleo de las babas de
Amarilla. La lluvia. Empieza a llover y las gotas de lluvia mojan la noche, las
manos, las flores de la calle. Amarilla dice que los sábados son los días de
los gatos, de los caballos y de los muertos. Mierda, qué cosa tan seria. La
ciudad entera está muerta trip trip trip. Flores. Flores. Lluvia.
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